jueves, 30 de junio de 2011

¿HAY LIMITES PARA EL RENDIMIENTO?




Uno de los temas a tratar más atractivos es, sin duda, el conocer si verdaderamente existen límites en la performance del deportista ya que, a medida que pasan los años, vemos como se van pulverizando records que parecían entonces imbatibles. Quizás la explicación para volver sobre este tópico tan a menudo radique en no encontrar aún respuestas adecuadas que permitan alcanzar un consenso entre los investigadores.


El espíritu en el que se inspiraron los creadores de los Juegos Olímpicos se resumía en que lo importante era competir, no ganar y, para ello, si un atleta era alto, fuerte y veloz, esos parámetros otorgaban brillantez a la competencia. Ese concepto hoy ha cambiado y el ser alto, fuerte y veloz se ha transformado en una necesidad. Cabe preguntarse, entonces, hasta cuándo seguirán cayendo los tiempos? Tres posiciones intentan responder a este interrogante:

Algunos investigadores postulan que los récords no se seguirán batiendo por mucho tiempo más ya que el ser humano tiene necesariamente que tener límites o tal vez debería tenerlos en ciertas cualidades de la condición física tales como la velocidad o la fuerza máxima.



Si ello fuera verdad las futuras competencias tendrían el valor que le quisieron dar los olímpicos, es decir, competir por el puro placer de competir. Desde ya esta hipótesis no es universalmente aceptada y tampoco hay datos suficientes a favor o en contra.




Un segundo grupo opina que los rendimientos seguirán mejorando con lo que también bajarán los tiempos. Ello estaría vinculado con la, cada vez, más alta tecnología disponible, modernos implementos, ropa deportiva adaptada a cada tipo de competencia, nuevas técnicas de entrenamiento, de motivación y regímenes nutricionales, todo lo cual podría compensar los límites del potencial fisiológico humano.



Un tercer grupo manifiesta que no encuentra razón alguna para poner límites a la performance de los atletas opinando que las marcas seguirán su camino descendente en forma inexorable y que los científicos no busquen predecir límites que no existen ni intenten encontrar explicaciones.




Hasta el presente no hay datos concluyentes para alguna de estas hipótesis aunque nos plantean caminos para ir pensando. Ciertas experiencias nos permiten entender porqué hay partidarios de una u otra. Por ejemplo en un laboratorio de análisis del metabolismo se encontró que en varias especies en reposo y esfuerzo extremo la máxima producción de energía no excedía la proporción 7:1 por lo que los récords no podrían seguir superandose indefinidamente. Si hubiera que superar esta barrera energética habría que agrandar los pulmones o incrementar el tamaño cardíaco o la red vascular, de hecho estaríamos hablando de fisiopatología.


Por otra parte debemos reconocer que las marcas, en las distintas disciplinas, mejoran desmesuradamente; por ejemplo el salto con garrocha entre 1942 y 1960 mejoró 5 cm, sólo en 1993 se incrementó 23 cm por el uso de garrochas de fibra de vidrio. Por ello no sabemos qué va a suceder en las próximas olimpíadas pero sí nos queda una gran duda y es qué va a pasar con la salud de los atletas superexigidos?



Dr Jorge Osvaldo Jarast

2 comentarios:

  1. Un post genial, siempre queda esa incertidumbre, como es posible que año tras año se superen records mundiales. Como bien dices tendremos que esperar para ver si esos limites se vuelven a superar o nos quedamos allí :)
    Un saludo!

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  2. Gracias Rober, como se dice, las barreras o los récords están para ser quebrados, somos evolución constante así que pronto llegara alguien que lo haga.
    Saludos

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