miércoles, 1 de febrero de 2012

Consejos para, NADAR EN EL MAR




Nadar en el mar puede reportarnos sensaciones únicas disfrutando de un medio natural que ofrece salud, belleza y deporte. Pero hay que tener algunos factores en cuenta para gozar con total seguridad y bienestar de nuestras jornadas “marinas”.
Antes de meterse en el agua
Hay que informarse del estado del mar, el viento y las corrientes más comunes en la zona, así como preguntar si hay presencia de medusas y la temperatura del agua. Hay cremas que repelen a las medusas, pero para más comodidad os recomendamos el traje de neopreno. Con él no sólo vais a evitar a las molestas medusas, también aumentará vuestra flotabilidad, os aislará del frío e incluso mejorará vuestro ritmo de nado. Por todo esto creemos que es un elemento de seguridad importantísimo al nadar en el mar.

Aunque parezca obvio, estirar bien es fundamental para conseguir un mejor rendimiento. Nos ahorrará molestias musculares y aprovecharemos mucho mejor nuestras brazadas.
Si nuestro entreno va a prolongarse más de una hora es necesario que planifiquéis el avituallamiento para mantener niveles óptimos de hidratación y energía. Sí, aunque parezca extraño hay que beber y comer aun y estando dentro del agua. Lo más cómodo es que metáis una barrita o un gel junto al tobillo, dentro del traje de neopreno, no molesta y es de fácil acceso cuando llegue el momento de ingerirlo.
Pero, sobre todo: ¡No tires el envoltorio! Es importantísimo que entre todos mantengamos el mar limpio.
También hay que tener en cuenta la terrible combinación entre sol y mar si no se toman las medidas adecuadas. Por lo que recomendamos el uso de protección solar en días de intenso calor.
Es preferible que la ruta esté previamente planificada y a ser posible notificada a algún familiar o persona en tierra que conozca de nuestra situación. Por otro lado no os recomendamos bajo ningún concepto que salgáis a nadar solos sin nadie que os acompañe.
Para evitar las rozaduras aplicaremos vaselina en cuello, axilas e ingles, así como en zonas muy sensibles como pezones o barbilla. Esto, que puede parecer una tontería, puede ahorrarnos molestias muy desagradables.
Una vez en el agua
Si salimos a nadar sin una embarcación de soporte es preferible que tracemos nuestra ruta paralela a la orilla. De este modo si surge cualquier inconveniente podremos salir fácilmente.
La orientación juega un papel fundamental cuando se nada en aguas abiertas. Por lo que nadar con respiración bilateral será ideal para equilibrar el desgaste muscular así como para tener siempre dos puntos de referencia que nos ayudaran a orientarnos mucho mejor. Si por dificultades técnicas o porque sencillamente estáis absolutamente acostumbrados a respirar cada dos brazadas os recomendamos cada cuatro o cinco ciclos de respiración hacer una respiración frontal, para no desviarse demasiado del rumbo fijado.
El oleaje es otro de los puntos a tener en cuenta cuando se nada en el mar. Es importante que os mostréis cautos y si el mar no presenta las mejores condiciones una retirada a tiempo suele ser la mejor opción.
Por otro lado si nadáis en mar abierto encontraréis olas difíciles de sortear. En este caso hay que seguir la inercia de la ola y subir y bajar con ellas, nunca golpearlas o cruzarlas ya que sería sin duda una batalla perdida y en breve empezaríais a notar mareos y síntomas de agotamiento.
Cuando el oleaje está cerca de la orilla éste puede tener rompiente. En este caso, si avanzamos contra la ola lo mejor será hundirnos y sortearla por debajo. En caso de avanzar con la ola a favor, lo mejor es dejarse llevar para no desgastarse inútilmente.
Por lo que a la técnica refiere, nadar bien es el único modo de avanzar con eficacia economizando energías. Así que desde aquí os animamos a tomar clases de técnica para mejorar vuestro rendimiento. Pero, sí queremos mencionar que en aguas abiertas se recomienda estirar mucho más la brazadas para aprovechar el deslizamiento y la flotabilidad extra que ofrece la salinidad del mar. También y a modo de guardar fuerzas, aconsejamos ralentizar la frecuencia de brazadas en el nado.
Las corrientes pueden ser peligrosas. Hay que conocer la zona y en caso de encontrarnos metidos en una jamás debemos nadar en contra puesto que no serviría de nada y acabaría por agotarnos. Algunos nadadores expertos pueden salir de ellas nadando en diagonal a la corriente pero para ello hay que conocer bien el mar y estar en un estado de forma excelente.
Por último queremos concienciaros de que nadar en el mar debe ser un ejercicio placentero, una experiencia enriquecedora, un bálsamo para vuestras inquietudes y una catarsis para vuestra alma. No os peleéis con el agua ni os estreséis para seguir los pies que tenéis delante y escoged un ritmo asequible que os permita saborear la sensación de deslizaros sobre el mar.
Después de nadar
Limpiar el material con agua dulce, secarlo y guardarlo bien alarga la vida de tu neopreno, gafas y bañador. Sé consciente de ello.
Estirar bien. Lo agradeceréis la mañana siguiente al minimizar las agujetas.
Comer e hidratarse bien es indispensable para que el esfuerzo no nos pase factura.
Registrar a modo de ficha o similar cada salida que efectuéis. Metros recorridos, tiempo transcurrido, ruta por la que hemos nadado, neopreno sí o no, imprevistos durante la travesía. Esto os ayudará en futuras visitas a preparar mejor vuestras salidas.
David Campá
Fuente:http://www.sportvicious.com

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