Cargarse de fibra
Algunos corredores deciden volverse sanísimos y toman alimentos ricos en fibra a mansalva el día anterior a la carrera. Toma fibra, pero no abuses los días previos para evitar gases y dolores abdominales.
Comer mucha pasta
Clásico entre los corredores. Una cantidad excesiva supone problemas digestivos que te pueden mandar directo al baño en mitad de la carrera. Toma avena para desayunar, patatas a mediodía y pasta para cenar, pero en cantidades normales.

Desayunar “justito”
Si vas a competir por la mañana no cometas el error de desayunar mucho menos de lo normal. El desayuno mantiene tus niveles de glucosa constantes y si no lo tomas te dará un bajón. Levántate tres horas antes y desayuna, evitando alimentos pesados y tomando cereales como la avena. Si no puedes tomar algo sólido, hazte un batido con plátanos, leche desnatada y azúcar moreno.

Beber demasiada agua
El agua te hidrata, sí, pero diluye tus electrolitos (potasio, sodio, magnesio…) lo cual te debilita y puede ser origen de calambres e incluso, en caso extremo, causar hiponatremia, un problema mortal. Bebe como máximo 450 a 500 ml de agua 2 ó 3 horas antes de la competición. Toma un vaso de agua antes de la salida.

¿Una comida nueva?
¡Ni se te ocurra! Por muy saludable que te parezca o por muy bien que le vaya a otros, es mejor que no hagas experimentos con tu sistema digestivo antes de una carrera. Si viajas a un sitio nuevo asegúrate de que puedes tomar alimentos a los que estás acostumbrado. La pasta, el arroz y la carne a la plancha nunca fallan.

Fuente: Puleva Salud