Diversos estudios aseguran que la fisiología de los atletas negros les permite rendir más y de forma más eficiente que los caucásicos
A lo largo de casi toda la historia deportiva, los atletas negros -entre ellos Bolt, el más veloz del mundo-
han copado las mejores marcas tanto en las pruebas de velocidad como en
las de resistencia. De los 500 mejores tiempos registrados en los 100
metros lisos, tan solo seis corresponden a atletas blancos, mientras que
en las maratones reinan los atletas keniatas.
Muchos
científicos se han preguntado si detrás de esta supremacía se esconde
alguna explicación fisiológica. A tenor de los resultados arrojados por
varios estudios recopilados en el blog «La bitácora del Beagle», la respuesta parece ser afirmativa.
Según
algunos mitos populares, la altitud a la que viven, su dieta o factores
como que los niños recorran corriendo el trayecto a la escuela son los
ingredientes que durante años han sustentado la supremacía keniata en
las pruebas de fondo. Sin embargo, el trabajo del fisiólogo sueco Bengt
Saltin apunta a que la causa se encuentra en la habilidad que poseen
estos atletas para resistir la fatiga.
Los
estudios de Slatin han demostrado que los atletas procedentes de la
región de Kalenjin son capaces de correr una distancia un 10 por ciento
mayor que la que recorren los europeos con la misma cantidad de oxigeno y
sin que su cuerpo comience a sufrir los estragos del ácido láctico.
Esto parece deberse a que los corredores africanos poseen menos masa muscular -y,
por tanto, menos peso- en los gemelos, lo que hace que empleen menos
energía en mover sus piernas, lo que les convierte en corredores mucho
más resistentes.
En
lo que respecta a las pruebas de velocidad, donde reinan los atletas
procedente del África occidental y sus descendientes de EEUU, Jamaica o
Bahamas, el secreto parece estar en que poseen un porcentaje mucho mayor
que el resto de las personas de fibras musculares blancas, o de contracción rápida, especializadas en producir energía de manera rápida y explosiva sin recurrir al oxígeno.
Este tipo de músculo les permite desarrollar grandes velocidades en un corto espacio de tiempo, a pesar de ser más altos y
pesar hasta 30 kilos más que los atletas de fondo. Sin embargo, su
capacidad para afrontar largas distancias está mucho más limitada.
En
lo que respecta a las personas de raza caucásica, su índice de fibras
blancas es mucho menor que la de los corredores negros, lo que limita en
gran medida su capacidad para desarrollar altas velocidades. Lo malo es
que el entrenamiento intenso, aunque ayuda a mejorar, hasta el momento
no ha demostrado que pueda ayudar a crear más fibras blancas.
Qué interesante! es fácil imaginarse que tienen más capacidades viendo los resultados, pero parece que la ciencia ahora también lo demuestra
ResponderEliminarGracias Celina por tu aporte.
ResponderEliminarSaludos