Electromedicina en rehabilitación de lesiones.

Electroestimulación Muscular e Iontoforesis para Rehabilitación Es un complemento importante de la electromedicina y el deporte en la rehabilitación de lesiones que impiden entrenar ciertos músculos, en lesiones cerebrovasculares, en el tratamiento de esfínteres, incontinencias urinarias, discapacidades neurológicas, rehabilitación geriátrica, músculos faciales para rostros envejecidos, etc. Refuerza la retroalimentación de músculos difíciles de entrenar como abdominales, glúteos, músculos faciales y todos esos músculos dormidos en personas muy sedentarias.

En medicina se usa principalmente para tonificar todos los músculos flácidos de personas en estado comatoso, trasplantados, con problemas motrices, patologías cardíacas o personas que no pueden coordinar movimientos ni hacer esfuerzos. Es el mejor instrumento para relajar, contraer e incluso para vascularisar músculos. Una vez que la persona sana ha comprendido la individualización de los músculos a contraer, por retroalimentación del electroestimulador, debe concentrarse con ejercicios específicos para desarrollar el grupo muscular deseado y darle al aparato el uso apropiado. La mayoría de los electroestimuladores no cumplen normas básicas. Los precios de los electroestimuladores varían de unos U$S 20 hasta los U$S 1.000. Los intermedios tiene cientos de combinaciones que forman programas de ejercicios.

  

Analicemos detalladamente su funcionamiento y sus efectos de estimulación

sobre los músculos, en reemplazo de una natural estimulación nerviosa:

La naturaleza biológica utiliza la descarga de iones de calcio, electrolitos de sodio, potasio y sustancias conductoras. La electroestimulación se basa en la descarga de impulsos eléctricos débiles pero suficientes para contraer y relajar los músculos. Es de notar que se utilizan electrodos de contacto sobre la piel y se debe hacer conductora con algunas sustancias. Los electrodos autoadhesivos se descartan rápidamente y fallan en su conductibilidad por lo que se prefieren los electrodos con bandas elásticas que lo sujetan al músculo y un gel conductor (no se debe usar agua-sal). Los impulsos tienen una cierta combinación de tiempos e intensidad, respetando los tiempos mínimos y máximos que un músculo puede contraerse; es muy importante conocer los tiempos de respuesta celular para construir estos aparatos. Es posible combinar intensidad (miliamper, entre 80 y 120 mAmp) con velocidad en frecuencias de 1 a 150 hertz (ciclos por segundo) sobre un tren de impulsos, por ejemplo: 1 a 3 Hz. Efecto relajante y reduce la tensión muscular. 4 a 7 Hz. Efecto analgésico, reduce el dolor y estimula la recuperación. 8 a 10 Hz. Aumenta el flujo sanguíneo y reduce los niveles de cansancio. 11 a 33 Hz. Activa las fibras lentas y mejora su resistencia a la fatiga. 34 a 50 Hz. Activa fibras intermedias (IIa) mejorando su resistencia. 51 a 75 Hz. Activa las fibras intermedias (IIb) aumentando la fuerza, la resistencia y la hipertrofia muscular. 76 a 120 Hz. Activa las fibras rápidas a un nivel máximo mejorando la fuerza explosiva. El equipo utilizado debe ofrecer la posibilidad de ajustar los tiempo de impulsos mínimos de 0,05 milisegundos a un máximo de 1.000 ms; los tiempo de reposo mínimo de 0,1 ms a un máximo de 10.000 ms; la separación de pulsos entre 1 y 5 segundos; la forma de la modulación triangular, cuadrangular y del tipo sinusoidales (la triangular en subida progresiva); la portadora debe variar entre 2.000 a 8.000 Hz para evitar efecto galvánico y sensibilidad; y la diferencia de potencial debe alcanzar los 180 Voltios de corriente continua con una intensidad entre 60 y 120 miliamper; finalmente la corriente galvánica pura no debe superar una salida de 15 mA (0,1 W). Puede encontrar un informe científico muy detallado en www.electroterapia.com