El medio acuático permite a la persona lesionada trabajar con un porcentaje de descarga mayor o menor en función de la gravedad de la lesión o de la fase evolutiva del a misma. Es muy importante el concepto de “peso aparente”: la diferencia entre el peso del cuerpo sumergido y el empuje del agua. Así, una persona de 100 kilos, sumergida hasta la cintura, pesará solamente 50 kilos.
“No debemos olvidar la importancia que tiene el aspecto psicológico en la recuperación de todas las lesiones deportivas. El trabajo en el medio acuático les ayuda en este sentido porque pueden hacer cosas imposibles de realizar en seco”, asegura Carlos Díez, director de los Servicios Médicos Sanitas- Real Madrid. Este trabajo en el agua reduce ese nivel de estrés y sirve de trabajo preparatorio, añade el doctor.
El agua es la herramienta clave para que la recuperación sea lo más temprana y progresiva posible. Se utiliza como paso previo al trabajo en el gimnasio o en el campo, además de servir para realizar diferentes técnicas fisioterápicas. Dicho trabajo en agua será una labor preparatoria para que las estructuras lesionadas respondan mejor y más rápidamente a las exigencias posteriores.
Fases de la recuperación
# Según la etapa en el proceso de recuperación en que se encuentre el lesionado, los ejercicios y la función del trabajo acuático varían: Primera fase o fase aguda: nos sirve para reducir la sintomatología lesional (disminuir el edema y el dolor, aumentar el rango del movimiento, evitar pérdida de esquema corporal, etc.).
# Fase intermedia: es muy importante desde el punto de vista del trabajo en agua. Se abordan trabajos como el fortalecimiento muscular, estabilidad de las estructuras dañadas, reeducación de la marcha, inicio del trote y comenzaremos, de manera controlada, el trabajo acíclico.
# Fase final: trabajo de alta intensidad tratando de aproximarnos a los gestos específicos del fútbol con las adaptaciones necesarias al medio acuático.
# Fase intermedia: es muy importante desde el punto de vista del trabajo en agua. Se abordan trabajos como el fortalecimiento muscular, estabilidad de las estructuras dañadas, reeducación de la marcha, inicio del trote y comenzaremos, de manera controlada, el trabajo acíclico.
# Fase final: trabajo de alta intensidad tratando de aproximarnos a los gestos específicos del fútbol con las adaptaciones necesarias al medio acuático.
Cuando el futbolista esté finalmente terminando su recuperación, se diseñarán en el agua trabajos de recuperación del esfuerzo que permitan poder entrenar con más intensidad en el medio habitual de competición.
Instalaciones acuáticas
# En cuanto al tipo de instalación acuática más recomendable, “debemos adaptarnos a las instalaciones que tengamos y sacar provecho de ellas”, asegura Carlos Díez. Lo ideal sería contar con instalaciones que tuvieran la siguiente equitación: Profundidad mixta.
# Chorros contra-corriente.
# Mangueras para chorro subacuático (o aplicación del chorro fuera de agua).
# Tamaño suficiente para poder desarrollar sesiones largas de trabajo cardiovascular.
# Pasillos acristalados para controlar el trabajo de los lesionados.
# Tanques de agua fría y caliente (debe haber diferentes vasos porque necesitamos diferentes temperaturas para trabajar).
Fuente: Sanitas
# Chorros contra-corriente.
# Mangueras para chorro subacuático (o aplicación del chorro fuera de agua).
# Tamaño suficiente para poder desarrollar sesiones largas de trabajo cardiovascular.
# Pasillos acristalados para controlar el trabajo de los lesionados.
# Tanques de agua fría y caliente (debe haber diferentes vasos porque necesitamos diferentes temperaturas para trabajar).
Fuente: Sanitas
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