jueves, 20 de septiembre de 2012
Hemorragias.
Se llama hemorragia a la pérdida de una gran cantidad de sangre en un período de tiempo corto, ya sea externa o internamente.
La hemorragia puede ser arterial, venosa o capilar.
- Observaciones.- Los síntomas de la hemorragia masiva están relacionados con el shock hipovolémico, y consiste en un pulso rápido y filiforme, sensación de sed, piel fría y húmeda, disnea, vértigo, síncope, palidez, ansiedad, inquietud e hipotensión. Si la hemorragia aboca en una cavidad o articulación puede aparecer dolor por la tensión producida en la cavidad o en la cápsula articular debido a una rápida expansión del volumen de sangre en su interior.
Actuación:
Hay que tratar por todos los medios detener la hemorragia: si es externa, se aplica directamente presión a la herida o en los puntos de compresión correspondientes, (señalados en figuras adjuntas. Es conveniente elevar la parte del cuerpo lesionada. La aplicación de hielo sobre y alrededor de la herida disminuye la hemorragia al producir vasoconstricción.
Es importante mantener la temperatura del cuerpo del paciente. Si la herida afecta a una extremidad y la hemorragia es intensa hay que hacer un vendaje compresivo encima y próximo a la herida, sin olvidar que la sangre venosa viene de las extremidades hacia el corazón, y la arterial del corazón hacia las extremidades.
No levantar nunca a un herido que ha perdido mucha sangre pues podemos producir un shock hipovolémico. Después de cohibida o controlada la hemorragia, abrigar y tranquilizar al paciente.
Avisar rápidamente a una ambulancia o un transporte que lo lleve al centro hospitalario más próximo, es todo lo que podemos y debemos hacer.
Observaciones:
Si la hemorragia es muy importante, tenemos que remontar al accidentado, porque posiblemente entrará o habrá entrado en un estado de shock hipovolémico. Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es acostar a la víctima y levantar las extremidades inferiores.
Hay casos de mucha gravedad como pueden ser heridas en el trayecto de una arteria (esta sangre es de color cereza y sale a borbotones que coinciden con los movimientos del corazón), nuestra contribución en estos casos será hacer una compresión a distancia, haciendo presión en los troncos arteriales, además de la presión local por encima de la herida.
Existen varios puntos típicos de compresión (ver figs.), que serían de arriba abajo los siguientes:
a.- Al nivel de carótidas......... en el cuello, por debajo de la oreja.
b.- En el ámbito axilar.................. junto a la axila.
c.- Al nivel del húmero.......... en el brazo, sobre el hueso húmero proximal.
d.- Al nivel del codo.............. próximo al codo, en el húmero distal.
e.- A nivel inguinal............ sobre el hueso fémur, cerca de la ingle.
f.- A nivel de hueco poplíteo.... detrás de la rodilla.
Estos son puntos donde se puede hacer una compresión inmediata de la arteria contra la superficie del hueso por donde discurre. En casos extremos se puede aplicar un torniquete, pero entiéndase por caso extremo, una hemorragia con salida a chorro, venosa o arterial.
Si se pone un torniquete por una gran hemorragia, no quitarlo por el camino, eso lo harán los médicos después de instalarle sueros. Siempre que se ponga un torniquete hay que señalarlo pegando un esparadrapo en la frente u otro lugar visible donde diga "torniquete". Un torniquete no debe mantenerse más de 20 minutos.
Transporte:
El transporte es fundamental para poder llevar a feliz término una buena asistencia en cualquier tipo de urgencias. No basta la buena voluntad ante el accidentado, ni siquiera una esmerada atención, si luego no disponemos de un medio de transporte lo más adecuado posible. De ninguna manera se les ocurra meter a un fracturado en vehículos pequeños, de difícil acceso, pues se agravaría el problema; a falta de ambulancia, un furgón es el medio más apropiado; no olvidar que una fractura no es en sí una urgencia, se puede esperar por una ambulancia, en ella el paciente irá más cómodo y llegará antes, pues éstos vehículos tienen preferencia de marcha en todos los casos. Mientras llega el transporte, inmovilizar, esta maniobra es fundamental, porque se evita sufrimiento y el agravamiento del problema.
Inmovilización y transporte son las medidas inmediatas que hay que tomar ante un traumatizado. En ese orden y con la mayor prudencia y esmero.
En caso de hemorragias sin fracturas, mantener al accidentado acostado, cohibir la hemorragia como se explicó anteriormente y traslado urgente, (pero sin provocar otros riesgos) al centro hospitalario más próximo. Mantener abrigado y tranquilizar al paciente.
Fracturas.-
Se llama fractura a la lesión traumática de un hueso que se caracteriza por la interrupción de la continuidad del tejido óseo.
Las fracturas se clasifican de acuerdo con el hueso afecto, la parte del hueso afectada y la naturaleza de la rotura, por Ej. fractura de fémur, de tibia, de peroné o de calcáneo en las extremidades inferiores; en las superiores pueden ser de: húmero, cúbito, radio, o de los huesos del carpo (muñeca), entre otras.
Entre los distintos tipos de fracturas nombraremos: fracturas completas, desplazadas, perforántes o abiertas, etc., etc.
Las fracturas costales son peligrosas por el riesgo que suponen para la integridad del aparato respiratorio. Las costillas que se fracturan más frecuentemente son de la cuarta a la octava; en caso de desplazamiento, los fragmentos óseos pueden perforar el pulmón, causando hemotórax o neumotórax.
Observaciones: El paciente con fractura costal sufre dolor, especialmente en la inspiración, y la respiración suele ser rápida y superficial.
Actuación:
No mover al accidentado, el cambio de posición suele ser muy doloroso además de peligroso, el remedio más eficaz, es un vendaje compresivo, que puede ser una faja abdominal, una toalla, una sábana o algo similar; luego, trasladar al médico, acostado o semi-incorporado.
En caso de herida externa, taponar rápidamente la perforación con varias gasas bien sujetas; acostar al paciente sobre el lado herido, abrigarlo, tranquilizarlo y traslado rápido hasta el centro hospitalario más próximo.
En las fracturas hay que recordar que se pueden producir hemorragias que revistan un carácter grave; en una fractura de fémur, por ejemplo, se puede perder mucha cantidad de sangre sin ser vista.
La rotura de un hueso puede lesionar las estructuras nobles próximas (arterias, ve-nas, tendones, etc.) y es ésta la razón más importante en la que tenemos que pensar cuando estemos ante un fracturado.
Hay que inmovilizar la fractura en el mismo sitio donde se ha producido, porque en primer lugar disminuye muchísimo el dolor del accidentado; una fractura que se mueve puede agravarse, dado que sus dos extremos óseos fracturados, cuyos bordes son cortantes, están en continuo roce. Al inmovilizar la fractura, no solo evitamos el sufrimiento de la víctima, sino que también se impide el agravamiento de la fractura, porque la fracción de los bordes fracturados puede provocar una sección en segunda intención del nervio, vena o arteria que se halle a ese nivel. Con la inmovilización evitaremos graves complicaciones, ya que el paciente con dolor y con fractura que sangra, debido al movimiento de los extremos del hueso, es candidato al shock traumático producido en parte por el traumatismo y en parte por el dolor neurogénico. Además el transporte del accidentado será más cómodo y seguro si la fractura está bien inmovilizada.
Una fractura no es una urgencia. Hay que evitar que el paciente se mueva antes de que se haya examinado e inmovilizado correctamente. La inmovilización es lo más importante, luego el traslado en ambulancia hasta el centro hospitalario más próximo o especializado. Ver figura.
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